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El proyecto ha sido impulsado desde Neurolab, el Livig Lab de Adacen, y nació del proyecto Hub Digital que la entidad desarrolló en la convocatoria de Innova Social de 2020.
Consiste en la adaptación de un exoesqueleto creado para uso industrial al ámbito de la salud con el fin de que sirva de apoyo a la rehabilitación para la mejora de la movilidad y la calidad de vida de las personas con hemiparesia (inmovilidad del brazo-mano), que es una de las secuelas más predominantes del Daño Cerebral Adquirido. 
Los exoesqueletos (exos), provienen en origen del mercado médico y se usan, en su versión motorizada (activa) para paliar amputaciones y deficiencias psicomotrices. Desde hace unos pocos años, un tipo de exos más sencillos y sin motorización (pasivos) se están empezando a introducir en el mercado industrial para ayudar a evitar los trastornos musculoesqueléticos (TME) y ayudar a las y los operarios en tareas ergonómicamente perjudiciales.
De este tipo es el exoesqueleto cedido por Iruña Tecnologías de Automatización, favorece la movilidad del hombro y es utilizado en la industria para puestos que exigen mantener peso en alto. Está fabricado por Ottobock y comercializado por Biosafety. Es muy ligero (1,9 kg), ergonómico y relativamente económico y con potencial disruptivo en rehabilitación. 
Se trata, a través de este proyecto, de detectar y realizar las mejoras necesarias para adaptarlo a la rehabilitación y, si finalmente se confirma su utilidad, a la vida diaria de personas con la mencionada dolencia. Esta posibilidad es aún lejana, pero su impacto podría ser enorme puesto que podría posibilitarles la realización de muchas acciones que ahora no pueden ejecutar de forma autónoma, como comer o asearse. Esto tendría grandes beneficios también para las familias. 
El nuevo exoesqueleto podría, por lo tanto, potenciar la autonomía por dos vías: en el hogar como ayuda técnica disruptiva para la vida diaria, y en Adacen como herramienta de rehabilitación revolucionaria. 
Al permitir la movilidad del hombro, modifica los ejercicios y multiplica los beneficios físicos y neurológicos de la rehabilitación incrementando el nivel de autonomía obtenida. También produce importantes efectos a nivel cognitivo y emocional puesto que recuperan la conciencia de una parte del cuerpo que ya no percibían.
Fisioterapeutas de Adacen propondrán las mejoras, siempre basadas en las sensaciones y necesidades de las treinta personas usuarias que participan en el estudio y en Iruña Tecnologías realizarán las adaptaciones del exoesqueleto para adecuarlo a estas demandas.
 
Dos fases
En una primera fase, que se desarrollará hasta junio de 2023 se realizan principalmente, dos trabajos:  por un lado, analizar desde qué punto parte cada persona usuaria y adaptar el dispositivo para que pueda ser cómodamente usado y ajustado por cada una de ellas. Por otro lado, se está utilizando ya en rehabilitación de forma autónoma y también compatibilizándolo con otras tecnologías que utiliza la entidad. Con diez de las personas participantes en el proyecto se realizará un trabajo más intensivo con el objetivo de utilizar el exoesqueleto para mejorar la autonomía en la realización de actividades de la vida diaria (comer, aseo, coger cosas…).
En una segunda fase (junio 2023 –junio 2024), además de continuar con la rehabilitación, se probarán los exoesqueletos en los domicilios para determinar de qué manera pueden aumentar la autonomía y mejorar la calidad de vida. 
Si los resultados son positivos, podría revolucionar los programas de rehabilitación de múltiples entidades de los sectores de la discapacidad y la salud.